Es conocido que el ajo provee múltiples beneficios relacionados con la salud. Existen estudios que datan de más de ochenta años atrás que documentan algunos de estos beneficios, y/o que tratan acerca de las características químicas del ajo. Sin embargo, aún hay mucho que no se conoce acerca de la forma en que el ajo actúa en el cuerpo humano. Estudios recientes han estado proveyendo claves al respecto.
En un estudio publicado hace aproximadamente un año (octubre de 2007) en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences se encontró que una de las formas en que el ajo trabaja en el cuerpo humano es incrementando los niveles de una sustancia llamada sulfuro de hidrógeno. En grandes cantidades esta sustancia es venenosa. Sin embargoen cantidades menores cumple funciones importantes en el cuerpo humano, donde actúa como antioxidante y toma parte en la transmisión de mensajes celulares que incrementan al flujo de la sangre y hacen que las paredes de los vasos sanguíneos se relajen. De hecho, nuestro cuerpo manufactura su propio abasto de esta sustancia.
Se sospecha que esta puede ser, al menos, una de las razones por la cual el ajo proteje de varios tipos de cáncer. El sulfuro de hidrógeno también puede ayudar a proteger el corazón. En el estudio ya citado se utilizó un concentrado de ajo equivalente al consumo de unos dos dientes de ajo medianos al día.
Aunque a algunas personas esto le puede parecer una gran cantidad lo cierto es que como señalara el Dr. David W. Kraus de la Universidad de Alabama no es difícil consumo una cantidad mayor de esta si utilizamos el ajo en cada una de nuestras comidas. Según el Dr. Kraus el ajo no debe consumirse inmediatamente después de ser triturado sino que luego de machacarlo o triturarlo deben esperarse unos quince minutos antes de ingerirlo. Al triturar o machacar el ajo se produce un rompimiento de las paredes celulares de éste creando una reacción enzimática que hace que aumenten los compuestos beneficiosos a la salud en el ajo. Esperar un tiempo antes de consumir el ajo provee el tiempo necesario para que esta reacción se lleve a cabo.
Aunque existen suplementos de ajo que se consiguen en las tiendas de productos naturales existen dudas acerca de la eficacia de estos productos. Recientemente un grupo de investigadores japoneses encontraron que el ajo fresco retiene mucho mejor los niveles de alicina, uno de los principales componentes medicinales del ajo. Esta es una sustancia que estudios anteriores han identificado como una que ayuda a prevenir el cáncer, los coágulos sanguíneos y diversas infecciones bacterianas.
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